sábado, 1 de mayo de 2021

LA OBRA ARQUITECTÓNICA DE UN LOCO

Cuando se construía el Hotel La Cumbre sobre el tope dl cerro La Esperanza de Ciudad Bolívar, varias señoras de la ciudad subieron el cerro para visitar a la esposa del doctor Arturo Toledo y al ver aquel enredo de madera labrada entre piedras y bases de concreto, preguntaron entonando su asombro; “Mira, Julia, qué loco es el que está haciendo esto?” A lo que respondió la esposa de Toledo: “Un loco que anda por ahí”, pero el arquitecto Fruto Vivas que trabajaba muy cerca sin ser visto, se hizo sentir con su característica sensibilidad de artista: “Loco yo no, señora, loco su marido que hace lo que yo le digo que haga”. Y la locura que en estos casos es un estado de sueño virtualmente imposible, se hizo realidad y repercutió hasta en los estratos más apartados, pues el nombre lo objetivó una niña del Barrio La Sabanita que entre miles ganó el ofrecido premio del concurso popular lanzado a los cuatro vientos. (AF)

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