El Show del golpe no ha terminado. Continuará porque hasta ahora el número de mentiras no cubre la expectativa estadística según la cual, siguiendo la doctrina de Paúl Joseph Goebbels, ministro de propaganda del difunto Adolfo Hitler, una mentira repetidas mil veces se convierte en verdad. De suerte, que todavía no es verdad. Ahora es cuando falta tela por cortar y tendrá que ser tela de la buena porque esa cretona barata de pescadores de orilla utilizada hasta ahora, no da para mucho. Los golpes de estado han venido a reemplazar el manido tema de los atentados magnicidas debido a que quien lo denunciaba murió antes de que llegara al número requerido para transformarse en verdad creíble. Pero para no pecar de monótonos y aburridos inventaron, aunque más abultado y ampuloso, el golpe de estado preparado con postre de cachitos y vianda de tucanes.
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