miércoles, 25 de noviembre de 2020

LA CEIBA Y LA CHAMPAN DOM PÉRIGNON

Una tarde, sentados en el quicio de la puerta principal del Yorako de Cardozo Nilo, tomando champan dom Pérignon, frente a un terreno baldío donde se veían tres pequeñas plantas de Ceiba, Juvenal Herrera, quien era el oferente, Jesús Soto y yo. Soto, seguramente alegre por el espumoso vino benectino, me dijo que le gustaría que yo trasplantara una de esas Ceibas en el traspatio de su casa, vecina a la Casa Italia. Le contesté en forma de broma que aguardaría que creciera para sacarla de raíz con un Caterpillar de Illinois.. (AF)

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