Anécdotas de Américo Fernánde y las que le contaron sus amigos. Además HUMOR Y POLÍTICA / Humor burlesco, satírico, irónico lo que suscite el lenguaje como los hechos y comportamiento de políticos de cualquier jerarquía dentro de los campos de la administración pública y dirigencia civil.
martes, 24 de noviembre de 2020
La tortura de los mandados
Había cosas que definitivamente no le gustaban a Alejandro Otero, por ejemplo, hacer mandados de cualquier tipo. Le parecía que había en ello mucho de compulsivo y arbitrario, de violatorio del libre albedrío. Siempre andaba en algo, y el mandado, sin que cupiera réplica ninguna, tenía que ser llevado a cabo al término de la distancia.
El que menos le gustaba era el comprar leña pero tener que cargar agua era peor. A veces los peroles demasiado llenos pesaban mucho, y el viaje se convertía en una verdadera tortura.
El más ridículo de todos era cuando lo mandaban, a través de todo el pueblo, a buscar un poquito de “Tente allá”. Era angustioso, pues había que esperar angustiado algo que al final de le entregaban jamás. (AF)
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