martes, 24 de noviembre de 2020

PREVENCIÓN A TIEMPO

En una de sus frecuentes viajes a Ciudad Bolívar, Soto visitó la Panadería “Deli-Pan” donde se encontraban desde temprano varios paisanos, entre ellos, Antonio López Escalona y el Morocho Porras, con los cuales entabló una amena conversación en la que no faltó el tema de la muerte, lo cual permitió a Soto decir que había pedido a su esposa e hijos que si moría en Francia fueran sus restos trasladados e inhumados en el Cementerio Centurión de Ciudad Bolívar. “Ni se le ocurra, Maestro, porque seguro que los malandros no vacilarían en violar la tumba para subastar sus huesos”, le atajó el Morocho. (AF)

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